Flavell se apoya en el modelo propuesto por Piaget (asimilación-acomodación), para plantear y comprender el desarrollo cognitivo, estableciendo un desarrollo gradual con fundamento en la maduración y la experiencia. Para Flavell, el modelo de Piaget tiene recursos suficientes para realizar una descripción funcionalmente atemporal, estática, de la interacción entre la mente y el medio exterior pero agrega que este modelo (el de Piaget), proporciona además, una descripción detallada de cómo se desarrolla progresivamente la inteligencia del individuo, al cambiar la estructura del sujeto y contenido por medio de repetidas interacciones con el entorno. Para Flavell el pensamiento, esta entretejido de forma compleja en el funcionamiento cognitivo, con otros procesos psicológicos como el percibir y recordar, donde cada uno de ellos, juega un papel fundamental en la puesta en práctica y desarrollo de los demás procesos, afectando su funcionamiento y siendo afectado por ellos (interacción mutua entre los procesos cognitivos), de esta forma, los procesos mentales suelen formar parte, prácticamente de todos los procesos y actividades psicológicas humanas, asi lo que uno sabe y piensa (conocimiento) interactúa de una forma sustancial y significativa con lo que uno siente (emociones).
El pensamiento dentro del desarrollo cognitivo de Flavell, esta postulado de acuerdo a las diferentes edades del individuo, en este sentido, para este autor, en la primera Infancia, el sistema cognitivo del recién nacido es nulo, carece completamente de mente (a pesar de que afirma que en la actualidad hay grandes cantidades de datos experimentales que afirman que esa valoración no es cierta), y al compararlo con un niño de dos anos, plantea una diferencia abismal en términos de desarrollo, el niño de dos años a nivel del pensamiento puede representar y transmitir información por medio de simbolos, puede resolver algunos problemas practicos, concretos, usando para ello, de modo inteligente y planificando, herramientas sencillas u otros medios a su alcance e igualmente posee un conocimiento practico bastante grande de su mundo cotidiano, de la gente, de os objetos y acontecimientos.
Según Flavell, el niño de cinco meses piensa y conoce, pero no realiza estas actividades en el sentido usual de estos términos, lo que el bebe demuestra es la capacidad de realizar acciones sensoriales organizadas “aparentemente inteligentes”, mostrando un funcionamiento cognitivo practico, de percibir-y-hacer limitando a la acción (usualmente estamos acostumbrados a ver un funcionamiento cognitivo más reflexivo, contemplativo y con manipulación de símbolos). El bebe conoce en el sentido de identificar o anticipar objetos y sucesos familiares, que se han producido ya con anterioridad, y piensa en el sentido de actuar sobre ellos por medio de la boca, las manos, los ojos y demás instrumentos sensorio-motores de forma predecible, organizada y a menudo adaptativa. Su funcionamiento intelectual es un tipo de conocimiento inconsciente (es el mismo tipo de inteligencia no reflexiva de la que dispone un perro para valerse por sí mismo). A medida que crece el niño este tipo de pensamiento (pensamiento sensorio-motor) evoluciona hacia un pensamiento simbólico-representacional, pensamiento mucho más rápido, móvil, comprensivo, abstracto, orientado hacia el conocimiento y con la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Este pensamiento (simbólico-representacional), es característico en los niños de 2 años, donde el símbolo y el referente se diferencian cada vez más desde un punto de vista físico y se distancian mas tanto en el espacio como en el tiempo (por ejemplo imitar algo que ya no está físicamente presente).
En la Segunda Infancia, el niño (seis años), se muestra como un ser que piensa y conoce de forma mucha más madura, aunque comparado con un niño de catorce años presenta conductas inmaduras características. Flavell, a diferencia de Piaget, propone una diferenciación más positiva del desarrollo en esta infancia. En la teoría de Piaget se define al niño de tres años como pre-operacional, en el cual, su pensamiento ha pasado de ser una triste cadena de sus respuestas incorrectas en las pruebas de operaciones concretas; Para Flavell, es necesario una caracterización más positiva, haciendo hincapié en los logros positivos de este periodo, afirma que los niños pequeños poseen estructuras de conocimiento respecto a la situación espacial de los objetos, tienden a utilizar un esquema o código espacial de referencia que es externo o elocéntrico, en vez de usar uno exclusivamente definido o egocéntrico (referido a sí mismo), por tanto son capaces de representar y recordar que la mesa de café y la mecedora están situadas en el cuarto de estar y que están una cerca de otra a la derecha, y aunque, en entornos no familiares los niños confían en una representación egocéntrica más que en una alocentrica no significa que no lo tenga. Los niños pequeños poseen también esquemas desarrollados respecto a la apariencia de clases familiares de objetos, como la disposición de los rasgos del rostro humano, de igual forma poseen esquemas de escena respecto a la apariencia de lugares y recientemente se ha demostrado que poseen un tipo de conocimiento sobre el espacio y los objetos.
Flavell establece que los niños pequeños disponen de representaciones en el sentido en que el niño debe conocer algo para poderlo representar simbólicamente, pero no necesita representar simbólicamente todo lo que conoce y tampoco es capaz de hacerlo. Respecto a las relaciones de inclusión de clases que, en los aspectos más importantes no se diferencian cualitativamente de las de las personas mayores, tiene unos conocimientos menos explícitos y generales o menos abstractos respecto a estas representaciones. Durante este periodo además, hay un gran crecimiento de las destrezas en las representaciones simbólicas, el desarrollo de esta habilidad incluye un numero de desarrollos subordinados descritos bajo las categorías de descontextualización, sustitución de objetos (una adquisición estrechamente relacionada con esta es la distinción conceptual entre apariencia y realidad), sustituciones del yo por los otros y socialización de símbolos. Hay además un progreso enorme en todos los aspectos de la capacidad de comunicación haciéndose cada vez más capaz de responder apropiadamente a comunicaciones hechas por otros, tanto informativas como orientadas al control, de enviar ambos tipos de comunicación a otros y de “enviárselos” a sí mismos, es decir controlarse (una importante serie de adquisiciones de autocontrol es la habilidad para resistir a la tentación y demorar la gratificación) e informarse.
En la tercera infancia, el niño comprende que ciertos problemas tienen soluciones precisas, específicas, potencialmente cuantificables, y que esas soluciones pueden alcanzarse utilizando un razonamiento lógico junto con operaciones de medición claramente definidas (pensamiento cuantitativo). En esta etapa el niño ha llegado a comprender que las totalidades pueden dividirse en unidades componentes de tamaño arbitrario y que esas partes pueden servir como unidades de medición para realizar juicios cuantitativos sobre la totalidad. Este tipo de pensamiento, permite la adquisición en el niño del concepto de unidades de medida, llevándolo a enfocar muchas tareas y problemas con una predisposición mas cuantitativa y orientada a la medida que la que tienen los niños más pequeños. Esta tendencia adquiere una importancia adicional por el hecho de que la cuantificación y la medida son herramientas cognitivas que tienen una amplia aplicación en diferentes dominios de conocimiento.
Gracias al pensamiento cuantitativo, el niño adquiere un enfoque cuantitativo con respecto a los fenómenos físicos, que conlleva una concepción de cómo pueden medirse las cosas de una forma precisa. Del mismo modo, en el terreno social, el niño desarrolla una concepción cuasi métrica de los premios y los castigos. Poco a poco llega a creer que los premios y los castigos deberían repartirse de un modo estrictamente proporcional a los méritos de quien ha de recibirlos, por más que éstos hayan de ser descubiertos. Esta concepción incluye ideas sobre la distribución o el intercambio de bienes “justo” e “injusto”, castigos “justos” e “injusto”, y todas estas ideas poseen una apariencia semi-cuantitativa.
Finalmente, respecto al tema del pensamiento, Flavell nos habla sobre el pensamiento del niño referido al conocimiento social, el cual hace alusión al pensamiento que tiene el niño sobre el hecho de entender que ellos y los otros humanos piensan, según Flavell, este tipo de conocimiento comprende el pensamiento y los conocimientos sobre el yo y los otros como individuos, sobre las relaciones entre las personas, sobre las costumbres, grupos e instituciones sociales. De tal forma, que niños de mayor edad son claramente capaces de inferir correcta y no egocéntricamente el pensamiento del otro, en cambio, la mayor parte de los niños mas pequeños despliegan sin ningún tipo de inferencia socio-cognitiva en absoluto ningún proceso o conocimiento cognitivo diferenciado e individual.
Integrantes
Isabella Rosero Gómez
Laura Patricia Espinal Garzón
Lina María Moya Polania
Lilia María Rojas Arias
Carolina Arboleda Morales
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